No me imagino ya los viernes sin el ratito que dedico al voluntariado


Mi nombre es Sonia y desde hace diez meses soy voluntaria de la Fundación FADE en el Hospital Santa Lucía. En concreto en el grupo de los viernes en el Servicio de Pediatría.
 
Hace un año y medio que conocí la labor que hacía FADE en los hospitales y hasta que no he acabado formando parte de su equipo de voluntarios no he podido parar de pensar en ello.
 
 
Ahora que estoy dentro, he de decir que es infinitamente mejor de lo que te puedes imaginar. Siempre me han encantado los niños, pero nunca había estado con ellos jugando en un hospital y la verdad es que cada sonrisa que me regalan vale por mil. 
 
Es increíble que en dos horas que paso con ellos les llegue a coger tanto cariño. Por supuesto que me acuerdo de ellos toda la semana y deseo, por su bien, no verlos el próximo viernes. Ellos, en cambio, desean que vuelva lo más pronto posible al hospital, pues quieren seguir jugando conmigo.
 
Al principio, pensaba que yo sería la que les alegrase la tarde a ellos, quien les enseñaría cosas, quien les diese todo el cariño posible…, pero lo que no saben es que todo eso me lo dan ellos a mí. Creo que no me puede gustar más esa sensación que se experimenta en el voluntariado.
 
Me podría pasar horas y horas hablando de la increíble labor que hace FADE con este voluntariado, pues nos da las herramientas necesarias para hacer felices a esos niños con apenas unas cuantas cosas: una clase, material para dibujar, pintar y hacer manualidades y unos compañeros estupendos.
 
El otro día, gracias a la visita de un estupendo voluntario, pudimos hacer un taller de música de lo más divertido. Entre otras cosas, nos convertimos en directores de orquesta, seguimos el ritmo de nuestro compañero e incluso pudimos dejar todo lo malo atrás y pedir unos deseos con un cuenco de la India.
 
En definitiva FADE es mucho más que una fundación, es la sonrisa de cada uno de esos niños y el recuerdo de una tarde inolvidable, tanto para ellos como para nosotros, No me imagino ahora los viernes sin el ratito que voy al hospital, pues me ha hecho ver que -pese al lugar y las circunstancias- pasarlo bien y olvidarse del momento que estamos pasando es posible; solo hacen falta ganas e ilusión.
 
Gracias FADE por la labor tan bonita que hacéis y por todo lo que me dais. Aquí tenéis a una voluntaria que promete quedarse por mucho tiempo más. 

 
Sonia Esparza
voluntaria de SECUNDA Junior en el Hospital Santa Lucía
 

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