La gratitud de la última Navidad: víspera de Reyes en la planta de oncohematología de Santa Lucía

Víspera de Reyes. Cartagena. En la calle, multitud de personas se encuentran en el puerto esperando a sus majestades de Oriente. Caras sonrientes, nervios y, sobre todo, ilusión, mucha ilusión.
Voluntarios y Reyes Magos animan con su visita a los enfermos
A solo tres kilómetros de esta imagen se encuentra otra muy distinta. Muy distinta solo en apariencia: una planta de un hospital llena de enfermos de cáncer, esperando en sus camas que pase un día más de ingreso hospitalario; pero ese día va a ser muy especial. Tres estudiantes de la Escuela Universitaria de Enfermería de Cartagena dejan por un momento su rol de estudiantes y se convierten en SS.MM. de Oriente, llevando a la U 55 del hospital Santa Lucía alegría y esperanza. Mariale, Alfredo, Laura y Conchi se transforman en Melchor, Gaspar, Baltasar y el paje real.
 
Y sucede lo inesperado: la planta de oncología se transforma durante dos horas en un lugar donde reina la alegría. Sus majestades regalan a cada paciente ingresado un peluche -donado por IKEA Murcia-, pero realmente el peluche es lo de menos. Los enfermos de cáncer son personas sabias que valoran lo realmente importante de la vida. El sufrimiento es su compañero de viaje y les hace ser más profundos. En esos tres Reyes Magos descubren generosidad, esperanza e ilusión.
 
Son muchas las anécdotas que se podrían contar de esas dos horas, pero me quedo con una: en una habitación hay una señora que se encuentra a punto de fallecer. Sus majestades no entran a la habitación, pero sus hijos salen de la habitación y se encuentran con ellos. Les dan un gran abrazo, hablan un rato, intercalan unas frases y en sus ojos se ve el agradecimiento. Uno de los hijos, al final, les dice que uno de los momentos más duros de la vida de una persona es la muerte de una madre y que estos estudiantes han conseguido que "el recuerdo de la muerte de mi madre esté acompañado de sentimientos de amor y esperanza".
 
Para muchos de estos enfermos este ha sido su último día de Reyes y ellos lo sabían. El sentimiento que quedó después de la visita de sus majestades fue de profundo agradecimiento.
 
Uno se pregunta quien ayudó a quien. Por supuesto ¡sin lugar a dudas! los enfermos. Ellos aportaron a sus majestades mucho más: les dieron su agradecimiento y la humildad de dejarse cuidar.

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