Una experiencia difícil de olvidar. Voluntariado en el Hospital Morales Meseguer

Al llegar el Sábado llega la hora de colocarnos la bata y empezar a repartir libros cargados de compañía y afecto.

Antes de comenzar con nuestra labor de voluntarios es necesario revisar el listado de pacientes a visitar para evitar gastar tiempo en visitar a pacientes que, por ejemplo, ya hayan sido dados de alta.
José Luis junto a su compañera Clara con el 'Carro de Libros' con el que recorren el hospital
Con todo listo y el carro lleno de libros, nos disponemos a recorrer el hospital. Con la lista de pacientes siempre a mano vamos repasando las habitaciones visitadas por los compañeros durante los otros días de la semana. Aunque hay que ser muy metódico en visitar a los pacientes que lo precisan, siempre nos encontramos a gente por los pasillos pidiéndonos libros o alentándonos en nuestra labor de voluntarios, cosa que se agradece enormemente.

La visita a cada paciente se tiene que realizar siempre respetando al enfermo y atendiendo a sus necesidades y disposición. 

Aunque nuestra labor es administrar una biblioteca de libros y repartirlos entre los pacientes, muchos de ellos solo necesitan una conversación o un momento de distracción. Intentamos, en la medida de lo posible que nuestra compañía sirva para que el paciente, al menos durante nuestra visita, se olvide de que está en un hospital y de la situación que está atravesando.

Me gustaría recalcar la satisfacción que se siente al que una persona que se encuentra sola te agradezca que pases con ella un poco de tu tiempo y le prestes la atención que se merece. Y también la enorme alegría al escuchar por parte de un paciente que ya se encuentra bien y que en breve le dan el alta. 

Os invito a todos a conocer el servicio que se realiza en el hospital, será una experiencia difícil de olvidar.
José Luis Grutzmacher. Voluntario en Morales Meseguer.

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