Los niños nos enseñan cosas que alguna vez supimos, pero que al hacernos mayores hemos olvidado

Siempre me ha gustado aportar mi granito de arena para ayudar a que nuestro mundo sea un poco mejor. En República Dominicana también formaba parte de una maravillosa fundación que realiza una labor impresionante.

Tengo especial debilidad por los niños. Pienso que el futuro de la humanidad y el resto de su vida dependerán de la forma en que vivan su infancia. Y cuando creemos que nosotros, los adultos, tenemos que enseñarles muchas cosas, en realidad es al revés: son ellos los que terminan enseñándonos cosas que alguna vez supimos, pero que al hacernos mayores hemos olvidado. Son muchas las lecciones que gratuitamente nos pueden enseñar.

Trabajar con estos niños en García Alix me proporciona una hermosa recompensa cada viernes: ver cómo muchos de ellos aún conservan esa maravillosa capacidad de sorprenderse con lo que para nosotros, los mayores, ya es algo cotidiano; esa magia en sus sonrisas y la gran facilidad que tienen para sonreír; ver cómo aprenden y mejoran semana tras semana; cómo se van haciendo mayores; cómo te brindan su cariño sin esperar nada a cambio; ver lo listos que son; y, en algunas ocasiones, llevarte un hermoso regalo a casa, como este dibujo de Laura hecho con muchísimo cariño. Un detalle como éste le alegra el día a cualquiera.


Creo que no debemos intentar cambiar el mundo, simplemente ayudar a que con nuestras acciones colaboraremos en mejorar la vida de alguien, y con nuestro granito de arena poco a poco el mundo irá mejorando solo. Hay una frase que me gusta mucho: “When you change the way you see the world, you change de world you see” (“Cuando cambias la manera en la que ves el mundo, cambias el mundo que ves”). Desconozco quién es el autor original de esta frase, debido a que muchos han dicho cosas parecidas, pero ésta en particular es de un eslogan de Microsoft.

Agradezco mucho a FADE por permitirme formar parte de esta hermosa labor e intentar que estos niños tengan un mejor visión de lo que es el mundo.

Patricia Mireya Reyes Heredia

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