Día del Padre con los niños en el Hospital de la Arrixaca

Todo voluntario que comienza en FADE quiere sacar lo mejor de sí mismo. En el caso del voluntariado con los menores hospitalizados en la Arrixaca, lo que más ansias es verlos sonreír, divertirse. Para lograrlo, a veces es un poquito complicado ser original, pero el Día del Padre nos lo puso fácil. A nuestros padres siempre les ilusionaba cualquier detalle que les regalásemos cuando éramos pequeños. Ahora, es eso lo que vemos, ya de mayores, con los niños de este hospital.

Para mí, como coordinador, era el primer día que estaría a cargo del grupo de los viernes y tenía que conocer a los/as  voluntarios/as. Previamente ya habíamos acordado el tipo de actividades llevaríamos a cabo esa tarde y todas iban relacionadas con ese día tan señalado.

La tarde del viernes, víspera del Día del Padre, llegamos pronto al aula hospitalaria para, sobre todo, conocernos todos (coordinador y voluntarios) y explicar cómo se desarrollaría el taller durante la tarde. Nos habíamos puesto nuestros chalecos y nos encaminamos a recoger a los niños y las niñas que estaban en Cirugía y Escolares de la 4ª planta del Hospital Infantil.

Unos cuantos niños -muchos estaban en cama y no podían desplazarse- nos acompañaron hasta el aula. Como el grupo de voluntarios era muy numeroso, decidimos compaginar unos pocos en el aula y otros en las habitaciones. También quisimos que algunos padres pudieran ayudar a sus hijos que estaban encamados ofreciéndole materiales y explicándoles la actividad que estábamos desarrollando en el aula.

Realizamos tarjetas de felicitación, dibujos de camisa y corbata y otros llenos de la inspiración y creatividad de estos chiquitines. El equipo de voluntarios se puso manos a la obra y pudimos trabajar con cada niño y niña en motivarles y ayudarles en la manualidad. Sobre todo, vimos que los niños siempre anhelan que podamos estar las tardes para que puedan disfrutar jugando, divirtiéndose con las pinturas y sobre todo, divirtiéndose con el voluntario o voluntaria que está a su lado.

La mejor parte la tarde fue ver como muchos de los niños escondían sus trabajos para que sus papás no puedan verlo y aquellos padres que nos agradecían nuestro trabajo y el dedicar nuestro tiempo a los más pequeños.

Terminamos el día y, creo que hablo en nombre del grupo, salimos del hospital con una sonrisa y con la sensación de que hemos contribuido a las vidas de los pequeños, le hemos dado dos horas de risas, de pintar, de jugar y, sobre todo, de compañía.

Agradecemos a FADE por brindarnos la oportunidad de contar nuestra experiencia del voluntariado en la Arrixaca y esperamos seguir durante muchos meses y, si es posible, años.

Javier, coordinador del grupo viernes en la Arrixaca

Comentarios