Como muchos de vosotros sabréis, se han celebrado esta semana las XIII Jornadas Internacionales de Caridad y Voluntariado y en ellas ha participado Fade.
Desde el miércoles 26 de febrero hasta el sábado 1 de marzo, el Paseo de Alfonso X El Sabio de Murcia ha acogido a representantes de cincuenta organismos que tienen un objetivo común: ayudar a los más necesitados dentro de la Región.
Sin duda, esta Muestra es una excelente manera para estas instituciones de darse a conocer a los ciudadanos y crear conciencia social. Por otro lado, se homenajea la labor de aquéllos que han hecho del voluntariado y de la práctica de la solidaridad un estilo de vida.
Visité el stand de Fade los días jueves y sábado y me lo pasé en grande. Pude ser testigo, una vez más, del entusiasmo con que viven mis compañeros la labor que realizan y presencié cómo lo trasmitían a aquellos viandantes que se acercaban a la caseta en busca de información.
El jueves estuve con Beatriz, Noemí, Andrea, Magnolia, Marina y Ángela. En la foto aparecemos, de izquierda a derecha, Noemí, Marina, Beatriz, yo y Ángela, quien amablemente nos trajo la cámara de fotos para inmortalizar el transcurso de la mañana.
Además de estar dispuestas a informar de nuestra labor como voluntarias, disponíamos de un "mercadillo solidario", en el que todos los productos se vendían por el precio simbólico de 1 euro.
Como eramos muchas, aproveché para charlar un ratito con Beatriz Muñoz, Coordinadora del Taller de Refuerzo Educativo en el Colegio de San Andrés (grupo de los miércoles).
Existen dos grupos de niños y los lunes y miércoles (de 18:00 a 20:00) les ayudan a mejorar en el aprendizaje del castellano, les enseñan valores y tratan, ante todo, de que se sientan queridos, que noten que alguien se preocupa por ellos. Que son importantes. Detrás de estos niños hay historias muy duras y me entristecí cuando Bea me contó que, a pesar de ser carnaval, había muchos niños a los que le costaba esbozar una sonrisa.
Me explicó que, además, ha participado desde 2011 como voluntaria en cuidados paliativos, tanto en domicilios como en hospitales. Este tipo de voluntariado trata de mejorar la calidad de vida de personas que no sólo sufren ante la progresión imparable de la enfermedad, sino que están solas. Algunas sin familia, otras sin recursos. Todos sin esperanza ni ganas por seguir luchando.
Al rato llegó a nuestra caseta Miguel Cos, un simpático odontólogo que conoció nuestra Fundación hace dos años gracias a estas Jornadas de Caridad y Voluntariado. Comenzó su labor como voluntario en el Hospital Morales Meseguer, en el grupo de los viernes por la tarde pero, al gustarle muchísimo los niños, decidió cambiarse al grupo de los sábados por la mañana en el Hospital Virgen de la Arrixaca.
Su experiencia la califica como "muy positiva". Me narraba, entusiasmado, cómo realizan con los pequeños actividades relacionadas con el medio ambiente y el reciclaje. Son, sin duda, "artistas": desde pulseras con anillas de latas hasta gusanos con corchos de botellas. Se atreven con todo con tal de arrancar una sonrisa a un niño.
Finalmente estuve charlando un ratito con Marina Romero, una chica que desde pequeña ha participado en diversas actividades de voluntariado y confiesa que "siempre ha sentido la necesidad de conocer otras realidades y ayudar a quienes lo necesitan".
Ha sido camarera en cenas benéficas, ha participado en recogidas de alimentos para familias sin recursos, ha acompañado a personas mayores en residencias, etc. Y todo ello sin dejar de lado sus estudios y la gimnasia rítmica. Sin duda, un ejemplo de que, si se quiere, se puede sacar tiempo para todo.
Aprovecho para agradeceros el cariño con el que os acercáis e intercambiáis impresiones conmigo acerca de este Blog o vuestra labor como voluntarios. Sois maravillosos, y contáis con toda mi admiración.
¡Un beso!
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