Para todos es importante un día de elecciones. Reservamos ese día para
ir a votar, ponemos en las urnas nuestras ilusiones esperando que otros muchos
hayan elegido los mismos candidatos para el mejor Gobierno.
En la residencia San Basilio, para los ancianos es un día de fiesta, es
como nos sentíamos en los primeros años de la democracia, pensando que son muy
importantes y que su ejercicio de voto, como así es, les hace ciudadanos de
primera.
Pero claro, hay muchos ancianos con una imposibilidad total para poder
ejercer ese derecho: tienen una movilidad muy reducida, no tienen familiares
que les acompañen y no les es posible acceder al colegio electoral.
Aquí aparecen los voluntarios, personas comprometidas con la sociedad más necesitada, que con una generosidad inmensa ponen un poco de su tiempo a disposición de los ancianos para empujar sus sillas de ruedas o brindarles un brazo para poder llegar hasta las urnas.
Aquí aparecen los voluntarios, personas comprometidas con la sociedad más necesitada, que con una generosidad inmensa ponen un poco de su tiempo a disposición de los ancianos para empujar sus sillas de ruedas o brindarles un brazo para poder llegar hasta las urnas.
Acompañarlos a votar es muy gratificante, es comprobar que su ilusión
en la democracia está intacta. Se acercan con su papeleta a la urna, oyen
recitar su nombre y se sienten ciudadanos de pleno derecho.
Reportaje en Televisión Murciana sobre la labor de los voluntarios de FADE en las últimas elecciones
Yo animaría a todas las personas a emplear un poquito de ese tiempo,
que siempre nos sobra, en atender a unos ancianos que no tienen a nadie con
quien compartir sus soledades. Ese tiempo que les regalamos, volverá a nosotros
en forma de una sonrisa, de un gracias, en una caricia,… y, sobre todo, podemos comprobar en su mirada
que hemos conseguido llevarles la esperanza de que siguen importándole a alguien.
Mari Carmen Andrés, voluntaria en la Residencia San Basilio
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